Michael Haneke ha realizado una copia exacta, plano a plano, de una de sus películas más emblemáticas. En esta versión nueva, la única diferencia real es el cambio de los actores austríacos por actores americanos (Tim Roth, Naomi Watts y Michael Pitt, los más conocidos).
Las preguntas que nos suscita esto son:
¿Qué necesidad había de lanzar una nueva versión de la película exactamente igual a la anterior?
Si las dos películas son exactamente iguales ¿son igual de buenas o de malas?